MIERDA

¡Dame una M! ¡Dame una I! ¡Dame una E!...Y así sucesivamente hasta llegar a MIERDA! Una mierda eso es. Por favor, dadme aguja e hilo que tengo que arreglar el centésimo descosido de mi ilusión.
Organizas todo, con tánto esmero que casi parece imposible que algo salga mal. Pero , por supuesto, siempre hay factores que no se tienen en cuenta. Como, por ejemplo, el simple hecho de pasar por alto que a la gente le da igual que hayas hecho todo eso. Es más, ni siquiera muestran un mínimo interés porque tu plan salga bien. Si da resultado, perfecto, si no, no preocuparse que en unos minutos me largo a organizar MI plan con MIS amigos.
Que sí, que tienen todo su derecho, pero ¿y nuestro derecho a no quedar como unas ingenuas?¿ qué hay de nuestro derecho a no sentirnos humilladas? CERO, nada.
Y lo peor de todo es, que pese a que has estado intentando que razone, que piense que quizas este equivocado, que debería pedirte perdon...No, no solo no lo hace, sino que eres tú la que acaba yendo detrás como una niña detrás de su juguete. Aunque hay veces que la que acaba con el complejo de juguete soy yo.
En fin, nos toca aprender. Ya sea de errores o de sueños incumplidos. Que hay que crecer,  sin prisa pero sin pausa. Avanzar, pero sin que nos pisen.
Que ya casi no me caben los remiendos en el alma.